Fue en 1989 cuando supimos que el país había cambiado para siempre, el pueblo no sabía de la existencia de Chávez y quizás Chávez conocía poco al pueblo de su disposición para el combate, de su capacidad para organizarse sin saber cómo, de su entereza, de su arrechera profunda, de su gran dignidad y de un Espíritu Bolivariano que estaba vivo en cada casa, en cada altar, en cada comentario, en cada cartelera de escuela y aunque no se supiera explicar la razón en infinitas formas de todo esto ahí estuvo presente, sumergida en veredas, en calles, callejones y barrios.
Siempre los humildes fueron los hijos de Bolívar, Guaicaipuro, Miranda y Piar y si esa izquierda pequeña, humilde, laboriosa estuvo siempre por ahí y no hablo de esa “izquierda” digerida y donde ya los nutrientes se habían perdido en el camino y era solo bagazo y mal olor por decir lo menos, pero por ahí estaban los de siempre construyendo y destruyendo con luchadores y proyectos y entonces si el 27 de febrero después de armar el juego muchas veces, después que los dueños de los equipos imponían el marcador bajo el pueblo y los equipos de béisbol los recibieron a batazos, los chicos de uniforme le dieron duro a ese pueblo.
Ese 27 de febrero es el pináculo político de un pueblo, no de la fuerza armada, o del canto de los fusiles, no el 27 de febrero fue más allá y fue antes y ese día se acabó el sistema político de viejo cuño, luego arribo lo que tenía que arribar y ahí estuvo el pueblo nuevamente en la calle, indignado, llenando las calles de color y gritos, de organización primaria y bonita y dale que es tarde siempre nuestro pueblo volviendo a la calle, al combate diario, a la lucha, al trabajo, al arte.
El 27 de febrero fue la insurgencia civil, la lucha civil, la batalla ciudadana y todo esto lo escribo y es que este último 27 de febrero al parecer como un acto de perversión de laboratorio en un país que creímos se había acabado la guerra sucia, esta continua y es que un solo desaparecido, es la desaparición de muchos o el encuentro de muchos y creo que mas desaparecida esta la “acción” de los organismos in”competentes” que deberían estar abocados a la búsqueda y al encuentro de Alcedo Mora.
¿Sera que desde algunos lunares del poder se espera que nos cansemos, será que como no es un jerarca, un jefe, un ciudadano “importante” se busca con flojera, con cansancio, sin eficiencia? La existencia nos demuestra que aunque se hable de igualdad y justicia en siempre existe una silla con el espaldar más alto.
La vida y la política van llevando y van trayendo mensajes extraños y el único que nos llega desde el poder es un mensaje de Defensor del Pueblo creo que para abril estará en Mérida, creo que para el 9 de abril si no me equivoco y pasan los días, las semanas y ya un mes y ni una sola respuesta seria y menos aún encuentran al camarada, al amigo, al ciudadano.
Será que nuestro gobierno tiene una fantástica memoria para olvidar o están recubiertos de Teflón para que nada se les pegue, sigo pensando que la ocupación de “nuestros” diputados están ocupados en la elección que viene, en quedar bien ante los ojos de los círculos concéntricos del partido y de sus heroicos equipos políticos.
La lucha contra el terror imperial es necesario librarla, pero cuidado si se abre la Caja de Pandora y se comienza a ver en cada crítico, cada valiente, cada individuo autónomo, cada ser que levante la voz un sospechoso. Por favor a enviar cartas a todas las embajadas del mundo exigiendo la aparición con vida de Alcedo Mora. VIVO SE LO LLEVARON, VIVO LO QUEREMOS.